Desde que surgió la figura del Community Manager, como una profesión en boca de todos y con un futuro prometedor, dentro del amplio mundo de las nuevas tecnologías y el Social Media, hasta la actualidad, han surgido numerosos problemas y conflictos a su alrededor. Estas cuestiones a menudo están relacionadas sobre todo con el precio a pagar por sus servicios y cómo determinadas empresas buscan Community Manager con unas condiciones laborales y un sueldo que no refleja el trabajo a realizar.
El problema no es sólo que las empresas quieran a un profesional altamente cualificado a precio de becario, sino que ya hay profesionales y agencias que venden sus servicios a precios muy por debajo de lo que realmente valen. Es el llamado «community manager low-cost». Pero, si analizamos su trabajo, veremos que de community manager tiene poco y de low-cost también.
¿Qué es un community manager y cuanto cobra?
Un Community Manager es un profesional encargado de crear y gestionar la comunidad online en torno a una marca, manejando los social media y otros recursos de la Web 2.0 en una única dirección: potenciar el diálogo, la transparencia y el conocimiento de la imagen de marca que queremos proyectar al mundo. Su capacidad para generar verdadero valor en torno a una empresa exige que se trate de una persona con experiencia y una cualificación adecuada en marketing y nuevas tecnologías.
Dentro de esta definición, vienen implícitos los servicios que realmente un buen profesional debe realizar y al precio que se deben ofrecer. Estamos hablando de un servicio que exige varias horas de dedicación semanales o incluso diarias, en función del tipo de empresa y sus necesidades. Esto, por supuesto, tiene un precio.
Si un profesional o una agencia rebaja su precio por debajo del valor real de estas horas de trabajo, también deberá rebajar el servicio prestado, pues necesitará atender a muchas más empresas y la dedicación ya no será la misma. En este caso, ya no no estará realizando la labor de un Community Manager. Estará dando otro tipo de servicios, como la publicación de entradas periódicas o la «revisión mensual» de las cuentas de redes sociales, pero eso no es un Community Manager. Un verdadero community manager no puede venderse a «99€, todo incluido», ni mucho menos.
Si un profesional o una agencia rebaja su precio por debajo del valor real de estas horas de trabajo, también deberá rebajar el servicio prestado, pues necesitará atender a muchas más empresas y la dedicación ya no será la misma. En este caso, ya no no estará realizando la labor de un Community Manager. Estará dando otro tipo de servicios, como la publicación de entradas periódicas o la «revisión mensual» de las cuentas de redes sociales, pero eso no es un Community Manager. Un verdadero community manager no puede venderse a «99€, todo incluido», ni mucho menos.
Los profesionales del sector tenemos que intentar concienciar a las empresas que un buen servicio tiene un precio que hay que pagar, ni más ni menos, el precio justo para unos servicios que demuestren la valía de esta gran profesión.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, que compartiré y difundiré «urbi et orbe».
Tanto las empresas clientes como los que ofrecemos nuestro trabajo, por la situación en que estamos, estamos denigrando la profesión, el precio, y el trabajo. Es una espiral autodestructiva, de la que ya me empiezo a plantear apearme, y dedicarme a otra cosa.
Gracias por tu comentario Luis. Creo que es hora de intentar salirse de esa espiral autodestructiva que comentas, precisamente por eso, porque se está haciendo mucho daño a los verdaderos profesionales que intentan prestar un servicio de calidad.
Hay que intentar alejarnos todo lo posible de esos famosos «low-cost» y valorar nuestro trabajo como se merece. ¡Un saludo!
Totalmente de acuerdo, aquí en Argentina, conozco CMs de 20 a 27/28 años que cobran $200 (menos de U$40) por mes para manejar el face y twitter de una marca. Mientras más de estos personajes existan, menos vamos a cobrar nosotros. Nosotros nos mantenemos en un nivel, pero cuando el dinero no ingresa…no es fácil!!
Tienes razón Gabriel, a veces la necesidad aprieta y le hace a uno pensarse dos veces las cosas. Pero una cosa es que ajustes el precio y otra que lo tires a la basura. ¿Cuantas «comunidades» tienes que manejar a esos precios para sacar un sueldo mensual? Es imposible, sobre todo si se quiere dar un servicio de calidad… Gracias por tu comentario. Un saludo!
estoy de acuerdo con todo, yo soy CM realizado por la universidad de alicante y doy servicio a varias empresas y lo que mas me da rabia y frustración que creen que es todo de hoy para mañana, todo tiene un proceso y movimiento, ya con el primer pago de servicio lo quieren todo, yo me paso mas de 10 horas delante del ordenador y eso por suerte o por desgracia, no lo ven,es frustrante porque haces un trabajo que te reconocen los del mismo gremio y las empresas para las cuales trabajas, están exigiendo constantemente sin dejar procesar todo lo que haces y empiece a crecer su fruto.
Totalmente de acuerdo David. Y lo peor de todo no es que las empresas a menudo no sepan valorar el trabajo que el CM realiza «en la sombra», sino que son los «supuestos CM» los que suelen vender humo y tirar los precios, desprestigiando la labor de los demás. Por eso es tan importante que entre todos hagamos una labor de pedagogía y expliquemos qué es realmente un community manager, ¿no te parece?
¡Un saludo!
Estoy totalmente de acuerdo, yo creo que me tiro mas tiempo explicando lo que es a explicar lo que pueden llegar a conseguir siempre con objetivos reales y dependiendo lo que la empresa espera de ello, siempre se considera un proyecto de medio largo plazo, siempre, y encima lo quieren todo a un precio mínimo, como digo siempre esta el amigo de.. o el hijo de..,anda que no se nota
Efectivamente David, yo creo que ese es, hoy por hoy, nuestro sino: desarrollar estrategias a medio-largo plazo en empresas que sólo piensan en el corto. Y lo de «me lo lleva un conocido» ya es un caso aparte… yo en esa situación creo que lo mejor es dejar que se desengañen por sí mismos, porque a lo que no hay que estar dispuestos es a rebajarnos hasta unos precios que no merezca la pena ni trabajar.