Seguro que a todos os ha llegado, en más de una ocasión, el típico correo electrónico de una compañía de la India, Taiwan o similar, en el que ofrecen mil seguidores en 24 horas a un precio muy económico, o algo por el estilo.
Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? Vamos a dedicar esta entradaa analizar este tema, tanto desde el punto de vista de la estrategia corporativa (por supuesto, este tipo de servicios son bastante perjudiciales para nuestro plan de social media, como cabe esperar), como desde la perspectiva de las compañías o trabajadores que hay detrás.
Falsos me gusta: usuarios inexistentes
En primer lugar cabe preguntarse una cosa: ¿de dónde salen esos 1.000 seguidores que nos prometen que tendremos en 24 horas? Y la respuesta es sencilla: de ningún sitio. En todo los casos se trata de cuentas ficticias, creadas expresamente para generar seguidores y aumentar las estadísticas, pero no hay usuarios reales detrás.
Teniendo esto en cuenta, es evidente que ese tipo de seguidores no nos van a servir absolutamente para nada y mucho menos para conseguir leads o potenciales clientes. Una cuenta de Facebook, por ejemplo, no nos va a ser más rentable por tener más seguidores, si luego esos falsos seguidores no tienen ningún interés en nuestro producto (o lo que es peor, si ni siquiera existen).
No existe ninguna justificación para incrementar de esta manera fraudulenta los seguidores, pues no conseguiremos nada con ello. Y por supuesto, sólo el hecho de maquillar posibles estadísticas o justificar incrementos irreales de seguidores en una cuenta, tampoco debe ser una causa válida si tenemos un poco de ética profesional.
La realidad: trabajadores en un entorno miserable
Existen estudios, como el que realizó recientemente la cadena «Channel 4» y publicó «The Guardian«, en los que se ha comprobado cuál es la verdadera realidad de estas empresas que se venden como «fábricas de seguidores en redes sociales».
Como podéis leer también en esta noticia de ABC, varias organizaciones en defensa de los derechos humanos han denunciado que los trabajadores de este tipo de empresas se enfrentan a condiciones laborales infrahumanas, con sueldos en torno a los 120 dólares anuales por generar «me gusta» en Facebook o seguidores en Twitter falsos a través de cuentas ficticias. De ehecho, según estimaciones publicadas en los artículos anteriormente citados, estos trabajadores llegan a cobrar un dólar por generar 1.000 «me gusta» o 1.000 seguidores de twitter, en jornadas laborales que poco tienen que ver con los derechos humanos.
Desde aquí hacemos un llamamiento a no participar en este tipo de prácticas, tanto por ser una solución nefasta para nuestra empresa como por todo lo que conlleva para este tipo de trabajadores.