Contar con una buena segmentación de mercados es el primer paso para desarrollar un plan de marketing efectivo, ya sea en Internet o en mercados tradicionales. Esto también es aplicable al mundo de la Web 2.0 y, por supuesto, a la hora de lanzar nuestra empresa a la «aventura de los medios sociales», conviene dedicar un tiempo a analizar qué estrategia es la correcta para nuestro sector y la filosofía de nuestra empresa y qué medios debemos utilizar para darle cumplimiento.
Segmentación de redes sociales
El abanico de redes sociales existentes en la actualidad es casi infinito. Aparte de las que todos conocemos, como Facebook, Twitter, Linkedin o Pinterest, existen numerosas redes especializadas en sectores específicos, por ejemplo, que también conviene tener en consideración.
Dentro del plan de social media de nuestra empresa, un apartado fundamental será la elección de las redes en las que vamos a trabajar y, antes de «ponernos a abrir cuentas», conviene hacernos algunas preguntas, como las siguientes:
- ¿Qué otras empresas de nuestro sector tienen presencia en redes sociales? ¿Qué redes utilizan? ¿Cómo las trabajan?
- ¿Cuál es nuestro público objetivo? Cuanto mejor segmentado y más claro tengamos quién es nuestro cliente potencial, mejor podremos determinar qué medios nos permiten llegar a él. Por ejemplo, hay redes sociales que se dirigen a un público más joven (como tuenti) o centradas en contactos profesionales (linkedin) y los usuarios que encontraremos en unas u otras tendrán preferencias y necesidades muy distintas.
- ¿Qué redes sociales utilizan nuestros clientes potenciales?
- ¿Cómo habla nuestro público objetivo? Es importante participar en la conversación con un lenguaje y un vocabulario que resulte familiar a nuestra audiencia, pues de lo contrario no podremos generar una comunicación de interés.
- ¿Qué medios encajan mejor con la filosofía y la cultura de la empresa? No todas las redes sociales utilizan los mismos códigos de comunicación o de conducta y, por este motivo, puede que no todas encajen con nuestra empresa.
- ¿Cuántas redes somos capaces de gestionar? No nos lancemos a «abrir cuentas en todas partes». Debe primar la calidad sobre la cantidad y es preferible centrarnos en dos o tres redes y trabajarlas bien, antes que sobrecargarnos con demasiadas redes y no poder atenderlas.
Una vez tengamos claros todos estos puntos, ya podremos seleccionar las redes que mejor cumplen con nuestros objetivos y definir las estrategias adecuadas para cada una de ellas.